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La libertad en 100 preguntas y respuestas













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IV. LA LIBERTAD, LA LEY Y EL PRECIO DE LAS PAPAS Y LOS TOMATES

 

38 ¿Quién controla  los precios? ¿Hay especulación?

 

Los Gobiernos le dicen a Ud.: "No sea cómplice; no compre!"  (De paso: toda su publicidad -¿por qué debemos pagar tanta, si ellos no venden nada?-, nos culpa por las consecuencias de sus errores que nosotros sufrimos.)

Pero, ¿dónde comprar? Abrir y mantener un comercio abierto no es fácil, y con los Gobiernos en contra, es un tormento. ¿Quién enfrenta al mismo tiempo a sindicatos (leyes laborales, "provisionales" y de aumentos compulsivos), proveedores, costos de ineficientes servicios públicos, escasez de bienes de capital y altos intereses, impuestos, malandros, matraqueadotes y comisarios gubernamentales... y al consumidor furioso que, ignorando la realidad inflacionaria detrás de sus apariencias visibles -y azuzado por los Gobiernos y los medios-, culpa al comerciante?

Sin duda que los comerciantes situados a lo largo de extensas pero indispensables cadenas de intermediación que desde los sitios de producción hasta los de consumo transportan, almacenan y aseguran (varias veces, distintos lugares), fraccionan, acondicionan, envasan y etiquetan  -funciones que un publico mal informado no percibe-, también especulan...

 

39 ¿Los comerciantes no tienen la culpa? ¿Y las "rocas"?

 

...pero especulan solo para ajustarse como pueden a una inflación que no han creado. Desean evitar que la inflación los lesione, como todo el mundo. Ellos lo consiguen  -con más o menos retardado-, aunque sea parcialmente, porque como a los comerciantes sin capital (los no establecidos o informales) se les persigue tanto o más que a los formales, entonces resulta que cada vez hay menos comerciantes desempeñados las mismas funciones para un numero igual o mayor de consumidores. Esta situación les permite ponerse de acuerdo, ya que son pocos. Sin duda hay "roscas", pero no de intermediarios  -que son indispensables-, ni de "especuladores"  -especular no es algo malo a si mismo-, sino de monopolistas que aprovechan indebidamente uan situación creada por lo Gobiernos...

 

Para colmo, los consumidores tienen billetes de denominaciones más altas -por tanto, con menos poder de compra cada uno-, y las mismas ganas de llevarse los productos.

 

40 ¿Qué es la inflación? ¿Quién la crea?

 

Hay  una serie de tres inflaciones; cada una resultado de la anterior:

 

1)La de gastos del Estado, que crecen fuera de la proporción con la capacidad de la gente para sostenerlo con los medios normales -impuestos razonables-, debido a que pretende asumir como publicas una serie de obras, servicios y funciones que no lo son.

 

2)La de la cantidad de moneda existente, que el Estado crea (de la nada) para pagarlos, normalmente elevando la denominación de los billetes que emite (la cantidad de ceros impresos a la derecha de cada digito 1,2 o 5.)

 

3)La de los precios, que se produce al tener la gente cantidades de billetes con denominaciones mas altas en sus bolsillos, y no haber sino la mismas -o menos- cantidades de bienes y servicios para comprar con ellos en los estantes, y las mismas ganas de llevarlos a casa.

 

Imaginemos un remate. Supongamos que por magia entran los bolsillos del publico varias veces más billetes de los que tiene, o bien se le cambian por otros de mayor valor nominal (ceros.) Si la magia no alcanza para que el lote de artículos aumente, entonces resultara que naturalmente la puja aumentara, y en consecuencia todas las posturas se incrementaran notablemente. ¿Culpa del rematador? No olvidar que un precio es en la economía como una postura en un remate.

 

41 ¿Quién tiene la culpa de la inflación?

 

No los comerciantes, porque no tienen la maquina de hacer dinero; solo el Estado la tienen, y la usa multiplicar los billetes (o sus ceros) a fin de pagar así sus gastos.

 

42 ¿Cómo puede comprobarse la causa real de la inflación?

 

Observemos un billete: cada vez mas físicamente deteriorado, incluso los de las hasta hace poco "altas" denominaciones (muchos ceros); es porque ha aumentado su velocidad de circulación, que es mas alta en los de denominación relativamente inferior. (Por eso el menudo debe ser metálico, a fin de evitar el desgaste natural.) Esto demuestra que inadvertidamente estamos pujando a niveles mas altos por los mismos -o menos- bienes y servicios.

 

43 ¿ Por que no advertimos los aumentos en el circulante?

 

Porque cada uno de nosotros, incluso las grandes empresas -mas no el Gobierno-, poseemos solo una ínfima parte del total. Y no podemos multiplicarla, porque el Estado nos encarcelaría por falsificación de dinero, que es delito cuando es  privada. Pero los falsificadores privados no crean inflación, ya que sus gastos no son tan elevados como para producir ese efecto en el conjunto de la economía. Tampoco tienen poder para autorizar a los bancos a proceder a la creación de dinero contable, otro factor que si es inflacionario. (Pero no culpemos a los bancos sino a los Gobiernos que los autorizan.)

 

44 ¿Por qué el Estado gasta tanto?

 

Por que debe mantener a demasiada gente, mediante subsidios en dinero o especias -muchos disfrazados-, a los "grupos de intereses especiales".

 

La inflación es un impuesto disfrazado: impone un más severo racionamiento forzoso: cuando los precios aun no subieron, con sus billetes nuevos el Estado compra anualmente gran cantidad de productos y servicios, quedando para nosotros relativamente  menos, y cuando vamos a pujar, él ya lo ha hecho, y por eso encontramos los precios aumentados. Así disminuye la cantidad de cosas que podemos comprar (ingresos reales), con nuestros ingresos de puro papel (ingresos nominales). Y en consecuencia , las cosas que poseemos o podemos poseer (riqueza).

 

45 Y si no es el Estado, ¿quién controla  los aumentos de precios?

 

Sin inflación, no los habría. Por otra parte, si las autoridades no pusieran tanta traba para que otras personas y compañías entren al mercado a ofreces sus propios productos, el consumidor controlaría precios y calidades a través de la libre competencia. La solución es no es regular comercios y cerrarlos sino destrabar su aperturas.

 

46 ¿Y la "Ley Procompetencia"?

 

Es muy injusta porque castiga a quien gane un buen espacio de mercado, no importa si es por vender mas barato. La "Ley Antidumping"  es al revés: castiga a quien venda barato, no importa si gana o no espacio de mercado. Estas regulaciones son malas, como la Proconsumidor y otras similares pero más específicas (de Bancos, Seguros, etc.), porque -junto a la inflación- nos elevan el costo de la vida y nos empobrecen su calidad.

 

¿Cómo? Restringiendo severamente la oferta total posible de bienes y servicios, al limitar los oferentes al pequeño circulo de los que tienen los recursos políticos y económicos suficientes como para permitirse complacer en todo momento los mandatos y ordenanzas generales y particulares de los comisarios estatales establecidos por esas leyes, no importa si complacen o no a los consumidores usuarios.

 

En otras palabras, esas leyes hacen lo mismo que los impuestos discriminatorios, subsidiados y otros instrumentos intervensionistas a los que muchas veces se asocian: reemplazar el sistema de premios y castigos de la sociedad establece espontánea y autónomamente a través del mercado  -y que satisface automáticamente su propia escala de prioridades-, por el mecanismo de los premios y castigos del comisario estatal.

 

47 ¿Por qué esas leyes malas no funcionan?

 

Funcionan, pero en contra nuestra. Porque las únicas formas de que funcionaran a favor seria hacer coincidir las exigencias de cada uno de los comunicadores  -que no son siempre las mismas-, con las del comisario respectivo. Pero para ello se requeriría:

 

1) Que las de éste se subordinen a las de aquellos, asumiendo que son las que interesan; y que el comisario pusiere un vigilante armado al lado de cada empleado -en cada tienda, abasto, peluquería, fabrica, comercio mayorista, etc.-, y de cada trabajador independiente o pequeño empresario.

 

2) Que todo vigilante sea a la vez fuerte, instruido, honesto, sabio y tierno.

 

3)Y que cada vigilante, comprendiendo lo que quiere cada consumidor, sin abusar delas empresas, y de modo leal, inteligente, informado, bondadoso y amable, arbitre cada transacción.

 

¿Cuántos vigilantes se necesitarían? ¿Es esta pretensión realista? Y en todo caso, ¿no seria muy costoso? ¿No seria preferible contar con menos vigilantes, pero persiguiendo a los malandros?

 

Es curioso: la inflación aumenta los billetes -y los precios de los artículos-, mientras que los impuestos nos quitan buena parte de esos mismos billetes; por otro lado, las regulaciones nos quitan muchos artículos que sin ellas podrían llegar a los puestos de venta, pero que debido a ellas, no llegan. Es infalible. Todo pareciera diseñado a propósito y deliberadamente por el Estado. Pero no es así, es involuntario. ¿Por qué podemos estar seguros de eso? Porque cada vez que diseña algo a propósito, entonces falta.

 

48 Y en libertad, ¿quién dirigiría la economía nacional?

 

Toda economía es un par de flujos continuos de gastos e ingresos que deben equilibrase. La llamada economía nacional es no más que un conjunto de economías en plural: la suya, la mía, la de tal y cual familias, la de tal y cual bancos, empresas o instituciones; y también por supuestos la del Estado, que no es "la de todos" sino la de los Gobiernos, sus gastos e ingresos.

 

Una economía cualquiera anda bien cuando puede generar ingresos propios suficientes como para pagar sus gastos y mal en caso contrario.

 

Y si cada quien dirige la suya de manera que ande bien ¿para que necesitamos una "dirección de la economía nacional"...?

 

49 ¿Así de fácil es la economía?

 

Y de simple. En otro términos esto se llama planteamiento macroeconómico, una palabra que no significa economía pequeña sino individual, cualquiera sea su tamaño. Su preceptiva se resume en un solo mandamiento, que deben cumplir tanto empresas (todas, grandes y pequeñas) como trabajadores, familias, amas de casa, jubilados, estudiantes, instituciones, y por supuestos el Estado.

 

Es el mandamiento de la "economía del oferente de buena voluntad". 

 

50 ¿Cuál es el mandamiento de la "economía del oferente de buena voluntad"?

 

Es un simple corolario de otros dos: uno es aquel del Génesis: "Ganarás tu pan con el sudor de tu frente" (léase: tu trabajo y tus recursos vitales);  y el otro es el evangelio acerca del amor entre prójimos.

 

Este mandamiento dice así: "Dirige tu economía de modo tal que no necesites obligar a otros a cubrir la diferencia entre tus ingresos propios y tus gastos. Propios son todos los ingresos que tus prójimos acepten darte de su buena voluntad:

 

1)en pago de los precios que tú pidas por los bienes o servicios que les ofrezcas -considerando los costos que decidas afrontar, y los beneficios que esperas obtener-;

 

2)...o porque te quieren mucho."

 

(Aquí los periodistas descansaron hasta el día siguiente. Y aprovecharon para reflexionar. Si Ud. lo desea, puede tomar un descanso aquí, a mitad de camino...)

 

51 Pero las expectativas de beneficio, ¿no deberían ser moderadas?

 

¿Cuanto...? Eso es muy subjetivo. De hecho siempre lo decide cada oferente, atendiendo a los mensajes que le envían los demandantes de sus bienes o servicios, a través de los precios que se manifiestan dispuestos o no a pagar, y de las compras que alternativa y libremente escogen hacer a los otros oferentes competidores. Ahora bien, si los Gobiernos impiden la entrada de nuevos competidores, y garantizan la permanencia de los incompetentes... es un hecho de la realidad que va a haber que algunos puedan parecer inmoderadas.

 

52 ¿Y qué hacemos con la economía del Estado?

 

Ese es el problema. Como tiene la fuerza, se malacostumbro a utilizarla para incumplir el mandamiento ese que sabemos. La microeconomía individual suya (del Estado) no se sostiene. Y como es muy grande, la tenemos que sostener todos nosotros, obligados, con impuestos e inflación, que perjudican las microeconomías nuestras (de nuestras empresas y familias.) Y pretende "resolvernos" con regulación, un tercer modo de perjudicarnos.

El Estado casi siempre impone las peores soluciones para unos problemas que el mismo ha creado antes como parte de otras "soluciones previas". Pero algo que podemos hacer nosotros es esto: en lugar de pedir a los Gobiernos que cumplan sus promesas electorales, pidamos que no las cumplan si son irracionales y de su cumplimiento se derivara perjuicios para nosotros -y así en su mayoría-; y mejor aun: que ni siquiera las hagan, para no tener que cumplirlas.
















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